Senderos: Sierra de Guadalupe (Parte 1)
Este pequeño espacio que domina las colindancias entre la Ciudad de México y el Estado de México puede ser calificado como un lugar peligroso e incómodo para aquellos que no desean aventurarse. Sin embargo, alberga colores, raíces, hierbas y árboles, que susurran con el viento verdades tan bellas, como misterios antiguos. Los senderos que guarda la sierra de Guadalupe han sido recorridos miles de años por antiguas civilizaciones del valle de México como los chichimecas, teotihuacanos, toltecas y mexicas subían y bajaban las laderas, cerros y montes que se extienden en la sierra.
Inclusive, en la colonia uno de los cerros que integra la sierra de Guadalupe guarda el mito fundacional de México que le da también el nombre a la misma sierra: en el cerro del Tepeyac se le apareció a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin una advocación mariana ligada estrechamente con otras suscitadas en España, pero que en México se extendió hasta los fines del continente.
Un sábado por la tarde dotados de palos de senderismo, una mochila con tortas preparadas (deliciosas hechas de bistec, frijoles, aguacate y jitomate), agua, y botas para una fecha de enero en la que todavía no se sienten los estragos completos del estiaje, disponemos a emprender un plan simple pero bien marcado utilizaríamos el cablebus desde la Ciudad de México, un transporte azul y con demasiadas cabinas o góndolas que nos lleva hasta Cuautepec desde Indios Verdes, una manera novedosa y brillante para evitar colocar un Metrobús o un metro decente, a las zonas de esta esquina de la Ciudad de México justo el punto más norteño y alejado al sur, aquel acento que se encuentra en el mapa de la alcaldía Gustavo A. Madero.
Es curioso cuando viajas sobre este transporte, y entre broma y broma descifrábamos que la gente debajo de la línea del cablebus perdía todo límite de privacidad lo cual verdaderamente es cuestionable puesto que ahora por una obra del gobierno que tiene como fin enlazar su casa con un medio de transporte central, como periferia todos tus vecinos ahora conocen tu jardín, tu tendedero o algún espacio donde antes considerabas que nadie te molestaría, en fin, con el paso de las estaciones y el ramal correspondiente llegamos a la estación Cuautepec que sigue el nombre que había recibido por la colonia a la que llegaba.
En la colonia llegarás Cuautepec, una colonia periférica de la ciudad la cual necesariamente tienes que cruzar para llegar a la entrada de la sierra de Guadalupe al menos por donde a través de la lectura te llevaremos hoy, en la colonia encontraras todo para surtirte si es que al momento no llevas nada desde tu punto de partida, pasas al Neto o a la panadería local por una buena pieza de pan, pero desde que bajas del cablebús se nota que el terreno asciende entonces tienes que reconocer su condición física desde ese punto.
En nuestro trayecto por la colonia antes de subir, nos acompañó unas cuadras un perrito muy bonito, parecía un husky siberiano que lamentablemente una cuadra antes de entrar al parque nacional no quiso acompañarnos, al entrar al parque por una puerta de fierro se notó un camino empedrado que durante el primer inicio del trayecto nos brindó donde caminar, sobre el camino la primera bifurcación es hacia dos caminos, el primero que es hacia "Las Águilas" y el otro que circunda parte del parque como parte de un sendero educativo, el cual es recomendable seguir si el destino no es la cumbre.
En este caso ya que nos dirigimos a la cumbre, continuaremos hacia "Las Águilas", el sendero con los elementos arbóreos en partes que son altos, en otros un poco más deshojados pero agradables en la caminata, acompañados de personas que también recurren a partes bajas de la sierra con sus perros que pasean, viendo la gente pasar comimos nuestro primer bocado de las tortas que disfrutamos deliciosas.
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